Los enigmas son insolentes
aprendieron a tomar el
té
con mantel de hilo
en horario propicio
con institutriz de
Francia
pero prefieren
entrar por las
ventanas
babear sobre la
alfombra
asquerosas preguntas
confundir
el decoro
con
la estirpe
dudar
de los cánones
blasfemar
con silencios
Los
enigmas son descorteses
empañan los cristales
murmuran
al oído en las reuniones
exhiben
su
lengua madre
se acarician detrás de las cortinas
desmontan
vidas
mezclan
fragmentos
juegan
a la perinola
con
certezas
Sin
embargo los comensales
siguen
reservando para los revoltosos
un
lugar en la mesa
a
la hora del té
con
mantel de hilo
siguen
aguardando a los insurrectos
con
la fascinación
y
la zozobra
de
la primera vez.
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